jueves, 21 de agosto de 2014

Armando una historia con mentiras y verdades

“Ahora, yendo en el coche, me doy cuenta de que desde la motito, la cantera parecía estar mas al ras, casi en la superficie. Desde el auto es distinto: podés ver todo en perspectiva. Antes no había visto esa máquina, ni tampoco esa casilla hombrada. Mire se formó una laguna.”
¿Qué difícil se hace escribir una historia con tantas versiones no? Después de leer la novela “ni muerto has perdido tu nombre” de Luis Gusman, se presentó esta dificultad. La novela representa la marca que deja la dictadura argentina donde la presencia de mentiras y verdades tenía un papel principal. Entonces creemos que hay una historia construida por versiones, algunas reales y otras no.
El personaje que manipula información para sacar provecho de alguien es Varelita, y con esto genera una gran incertidumbre y dudas.
   La primer duda que se siembra viene de su mano. Ana Botero intenta descubrir el paradero de su marido. Varelita le hace creer a ella que su marido está vivo mostrándole una carta firmada y escrita por Iñigo. Anteriormente, Ana Botero creía que su marido había muerto en un enfrentamiento. A su vez Varelita le negaba esa versión y usaba la que le decía que su marido estaba vivo, a causa de esto, ella le creyó porque al ser un manipulador, sus versiones tenían más fuerza. Ana botero le pagaba a Verelita, para que le diera información sobre su marido. A medida que se desarrolla el cuento, se descubre por medio de Gloria, que Varelita tenía una valija con muchas cartas, escritas por Iñigo antes de ser asesinado. Esta es simplemente una suposición de Gloria ya que tratándose de Varelita nunca se sabe “cuando Ana Botero quedo sola, que si su marido no estuviese vivo, Varelita no podría llegar muy lejos”, esta cita nos asegura su contaste duda.
   La segunda versión que genera intriga, viene de la mano de la abuela de Federico. Federico intentaba investigar el paradero y la historia de sus padres. Su abuela lo único que le asegura es que Ana Botero le dirá la verdad de la historia. La frase que siempre repetía “un día va a venir Ana Botero, y te va a explicar lo que pasó”. Esta frase retumbaba en la cabeza de Federico constantemente. Él tenía fe de conocerla y que ella le quitase todas las dudas. Sin embargo, luego del encuentro, Federico no logra llegar a la verdad. Ana solo le brinda una parte de la historia. La única versión que escucha es la de Ana y no sabe si es verdadera, si de hecho ella utiliza un nombre falso. Es decir no cree en ella, ya que es una desconocida y ni siquiera conoce su nombre verdadero.  “Entonces”, razono Federico, “Nunca voy a saber quién es Ana Botero. Ni ella misma lo sabe. Ana Botero, es un nombre en la vida de un desaparecido”.  Federico decide investigar más e ir a completar esa historia con testigos. Bamagan, el dueño del pregón, donde apareció una noticia sobre los tres cuerpos encontrados. Simplemente dice haber escuchado explosiones, pero que los cuerpos debían estar debajo de toda las piedras de la cantera. Luego recurre a Canosa, un mecánico que también fue testigo del hecho. Este le comenta que los dinamitaron en la cantera como Bamagan había dicho. Pero agrego que no tuvieran tiempo suficiente para tortúralos.
   Por último, Verelita le dice a Ana Botero frente a Federico “Pregúntale a ella, ¿No te enteraste que entrego la casa? Si no, ¿Cómo hubiésemos sabido que se habían escondido en este lugar de mierda? Esto hace que la duda de Federico se agrande ya que la versión de Ana, lo hace pensar que ella es mala persona. Más adelante, Varelita le reconoce a Varela que esto fue simplemente una mentira. “Le voy a tirar encima toda la puta conciencia” “No contó nada. Te lo hice creer, el dato me vino de otro lado,” para atormentar a Ana y confundir a Federico, esta versión se podría saber si era verdad a mentira tampoco la constate duda y la presencia de tantas versiones, logra que el lector arme su propia historia atreves de lo que él cree que es verdad y quien puede confiar dependiendo de quién viene la versión.
“Por el motor del coche, Es un Citroën. Lo conozco por el ruido del motor. Usted es el único de todo el regimiento que llega en Citroën”_ Le contesto ya sin poder ocultar el placer que le daba lo acertado de la respuesta. Varelita esbozo una sonrisa tratando de disimular su fastidio. Recurriendo a un truco que había usado otras veces, le respondió que bajo los efectos de una pastilla le había contado todo lo necesario como para liquidarlo.